viernes, 2 de octubre de 2015

¡SOCORRO! MI CHICO SE HA APUNTADO A MI GIMNASIO


Es que todavía estoy en esa fase en la que me depilo a diario, y hasta me maquillo como puedo en los 40 segundos que transcurren entre que llama el telefonillo por sorpresa y abro la puerta...

Por eso, cuando me dijo que se había apuntado a mi mismo gimnasio casi me da un ataque. Y no porque yo tontee en el gym ni nada por el estilo. La sociopatía más exacerbada la desato allí. Ni porque no quiera verle a todas horas... ¡que ojalá!
Es que... jo... a ver si me lo voy a encontrar a la salida, o a la entrada, o dentro... porque...







Nunca uso después las duchas del gimnasio. No soy de las que se conforman con jabón y puedan largarse con el pelo medio húmedo seguras de que en diez minutos su melena resucitará con la forma deseada. No, ni mucho menos. Y supongo que si nos cruzamos en la sala de máquinas será mirarnos y quedar para tomar algo después...

Sudo mogollón. Es subirme a la elíptica y antes siquiera de haber programado la lista de música a escuchar -lo que viene a llamarse elegir el disco de Extremoduro para el día-  tener ya el pelo chorreante y la cara sudorosa.

No tengo lo que se llama "modelitos fitness". Prefiero la palabra "ropa para tirar que vale para el gimnasio" y lo conforman mallas dadas de sí y camisetas viejas.

Voy con lo puesto. Ni neceser para retoques, ni un pañuelo de papel, ni bolsa de deporte... si tuviera que hacer el equipaje sé que no iría ni una vez al mes. Solo llevo el piti para después, el mechero y el móvil con los auriculares.

¿Y ahora qué hago yo?
¿Me cambio de gimnasio? Se iba a notar mucho y además, estoy encantada con mi Urban Fitness -ya llevo casi tres años amortizando de verdad la cuota-.
¿Gestionamos las agendas para no coincidir? Es imposible. Los dos somos free-lances y nunca sabemos cuando nos va a sobrar una horita...

Cuando ya no podía más... me salió el punto periodista de belleza resolutiva y me dije: "si alguien puede con esto soy yo".
Y venga a repasar mails de la bandeja de entrada... como siempre, a la caza de ideas y productos milagrosos.

Primera decisión. Cortarme el pelo. Una midi cortita de esas que se pueden lavar
Por supuesto, ahí estaba David Lorente. Me entendió a la perfección cuando le comenté mis inquietudes de pareja y en dos segundos empuñó las tijeras para materializar una macmartac renovada. ¡Hecho!

Segunda decisión. Localizar alguna personal shopper especialista en fitness que me acompañe a Decathlon y me haga cuatro o cinco conjuntos en los que el top, los shorts y las deportivas combinen a la perfección con los calcetines y la cinta para el pelo. Empiezo a buscar.

Tercera decisión. Vaaaale, igual me ducho, y hasta me lavo el pelo. Hay dos productos que me pueden salvar y caben en el bolso: Nivea Bajo la Ducha Reafirmante, un acondicionador corporal que te puedes aplicar en mojado y los Cleansing Conditioners de Matrix. Así, en ese orden, no es un champú con acondicionador, sino un acondicionador lavante que limpia y nutre en tres minutos.

Cuarta decisión. Mallas de contención. Partimos de que si no me sobrasen cinco kilos no estaría aquí. Las de Lytess prometen. Además de llevar las costuras donde tienen que ir para recoger bien las lorzas, contienen un suero reductor microencapsulado que va liberando sus activos adelgazantes mientras te mueves.

Quinta decisión. Los papeles mágicos. Yo los llamo así pero el nombre oficial es Control Blotting Paper de Shiseido. Su función real es eliminar el exceso de grasa del rostro y controlar los brillos pero yo los voy a convertir en mi esperanza anti sudor.

Sexta decisión. Maquillaje water-proof. Si es que hay de todo. No penséis que solo existe en versión máscara de pestañas. a tengo hecha la selección: la base de maquillaje compacta Superstay 24 horas de Maybelline (a prueba de todo todo todo) y la barra de labios de larga duración Unlimited Stylo de Kiko -solo me falta escoger entre el tono natural beige o el cherry red-.

Séptima decisión. Aún en duda. Comprarme unas de esas zapatillas de deporte con tacón -disimulado dentro de lo posible-... que me estilicen. Si sabéis de algunas que queden dignas y estilosas, me avisáis...

La semana que viene igual ya coincidimos... eso espero, después de lo que me lo estoy currando.

3 comentarios:

  1. Lo mejor de tener una novia periodista de belleza no es solo disfrutar de como escribe, es que ganas en salud porque este año no me pierdo ni un día de gym para ver las nuevas tendencias en ropa deportiva y alta cosmética que por allí se verá. Y es que esta mujer una tarde normal en un gimnasio normal de un barrio normal la convertirá en la mismísima gala de Victoria,s Secret Fashion. Eres una crak!!

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  2. Pues o mejor de tener una amiga periodista de belleza es que entras en su blog y tuenes respuesta a todo.
    Desde qye empezó con esto me he quitado algún que otro kilo y año de encima ja ja

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