lunes, 27 de enero de 2014

ME VOY A LA PELICURA



¡Pelicura! Habéis leído bien. No me voy a la mani, ni a hacerme una pedicura, ni al cine a ver una de mensaje positivo, ni me han bailado las letras al escribir peluquería. La pelicura es un nuevo concepto capilar que va a arrasar. ¿Os cuento de qué va? 





Lo mejor de las presentaciones de tratamientos para el cabello es que a veces, puedes probarlos in situ y en tus propias fibras capilares. Y este fue el caso. 
La novedad eran los nuevos productos de la línea Biolage de Matrix. Bueno, decir productos es quedarse corto. Cuatro nuevas líneas de tratamiento a medida y dos conceptos nuevos a retener: biofusión y peli.cura. 
Y allí que acudimos en open-day, la flor innata del periodismo de belleza. Nos gusta mucho ir a presentaciones en peluquerías.  A veces, no nos reconocemos cuando nos vemos en modo "toalla en la cabeza" o "pelo chorreando en el lavabo", pero en cuanto llega el momento brushing todo es un "No te había visto... ¿qué tal?" y venga a rajar a gritos por encima del sonido de los secadores. 

Yo, por lo general, voy con prisas y no me puedo quedar a probar el tratamiento, pero esta vez, tenía un día de esos tranquilos. Y aunque no lo hubiera tenido... porque fue empezar a explicarnos el Jefe de Producto las excelencias de la biofusión (tecnología inspirada en la naturaleza y que imita comportamientos y mecanismos de la naturaleza) y los nuevos servicios para los salones de peluquería... y empezar a hacérseme los pelos agua. 

La línea Colorlast se inspira en el poder de la orquídea para proteger los cabellos coloreados. Hidrosource, imita el comportamiento del aloe para retener la humedad y saciar las melenas más sedientas. Volumebloom lleva flor de algodón que expande el volumen capilar y Smoothproof plagia la resistencia a la humedad de la camelia para evitar el encrespamiento. 
Cada línea se compone de champú, acondicionador, mascarilla, serum o spray, además de un producto que me llamó poderosamente la atención (y pedí elaborar con mis manitas): el Carbonizing Powder, unos polvos mágicos que se mezclan con el acondicionador o la mascarilla hasta obtener una deliciosa textura mousse que una vez aplicada, neutraliza el Ph de los servicios químicos y favorece la penetración de los principios activos en el interior del cabello. Todo esto, se reconvierte, en manos de los especialistas capilares, en un servicio de transformación instantánea del cabello en el salón, en función a estas necesidades. 


¿Adivináis por cuál de los cuatro opté? El tratamiento de volumen. Faltaría más... 
Y fue allí, mientras pasaba del lavabo al tocador en estado de trance -los masajes de cráneo son mi perdición- cuando entendí realmente qué era eso de la PELI.CURA y sus cinco etapas inspiradas en la manicura profesional: preparación (momento champú); tratamiento (cuando los polvos se funden con el acondicionador o la mascarilla); masaje (el momentazo relax); la capa base (se extienden sobre el pelo los productos sin aclarado) y brillo (aplicación de aceite capilar si fuese necesario). 

Yo lo probé en la nave nodriza (la super Academia que L´Oréal tiene en sus oficinas) pero para la siguiente, me tengo que buscar la vida. Y repetir, repito seguro, porque la ligereza y el volumen extra del pelo me duró hasta el siguiente lavado sin necesidad de cardado. 

Menos mal que en la página www.matrix-espana.com se pueden encontrar los salones Bio-Certificados donde dentro de nada estarán haciendo pelicuras.




viernes, 24 de enero de 2014

HOY ESTOY A DIETOX


Tanto prometer por las redes a lo largo de las pasadas fiestas que me ponía a "plan detox", y tanto confesar que había terminado en "plan de tó"... que Balaguer Comunicación se apiadó de mi debilidad desintoxicante y me mandó a casa el Plan Dietox

¿Por qué no? me dije. Por lo menos, un día entero sin cocinar. Algunas compañeras ya lo habían probado y cantaban desde el pasado verano las excelencias de este plan de desintoxicación. A mí no me llamaba mucho la atención, la verdad. No quiero adelgazar más -que me amojamo- y tampoco soy de grandes excesos tóxicos, pero era solo un día de experimento y me apetecía enfrentarme al reto de no masticar nada en 24 horas. 
Nada de nada. La "gracia" de Dietox es que consta de 6 zumos de lo más variados entre sí y numerados con una franja horaria en la que deben ser consumidos. Exquisitos, ricos, pasables... de todo hay. ¿Los ingredientes? variadísimos -todos vegetales naturales- y pensados para consumir 1000 calorías exactas cubriendo todas nuestras necesidades nutricionales. En definitiva, un ayuno con licuados de lo más llevadero y fácil de seguir. 
Lo que me terminó de convencer fue que al ingerirse únicamente verduras y frutas licuadas, el sistema digestivo no debe apenas trabajar y se acelera la asimilación de estos nutrientes.

Mi aventura comenzaba el domingo 19 de enero y no demasiado bien. Del preparado 2 faltaba como una quinta parte. Y no es que vinieran en mal estado. Criaturita 1, que abrió la caja cuando llegó a casa (dos días antes) pensando que formaba parte del pedido del Carrefour. 





9:15 horas. Comienzo con una hora de retraso. La noche previa, Depeche Mode actuaba en el Palacio de los Deportes y allí estaba yo. Me propuse levantarme a las 8 pero no hubo manera.
Echo de menos el café -sin una dosis de cafeína mañanera no soy persona-, pero el licuado 1 está rico, mucho, tanto que me lo bebo casi de un trago. ¡Y son 400 ml!
Me llaman para aperitivo en Olavide y deniego educadamente la invitación... 
Soy la chica de la voluntad férrea.

11:00 horas. Este es más ácido, sabe a hierbas, pero no debe llenar mucho -sin contar con lo que se bebió criaturita-, porque me paso los minutos siguientes mirando ferozmente al reloj y esperando que lleguen las 14 horas para poder beberme el 3. 
Soy una chica hambrienta.

13:55 horas. No pude aguantar más... mientras criaturitas comían coliflor hervida con ketchup -la única comida que en estos momentos no me llamaba la atención- y les daba dinero para que bajaran al chino y se compren un postre compensatorio -no soy tan mala- rogándoles que se lo comieran en el portal... abro el tercer zumo. Mmmmm... no sé que decir. Raro. Pero acaba reconfortando. Por el momento es el más espeso y permite hacer un ligero amago de masticada. Aún así... 
Soy la chica que fantasea con mojar una galleta en el mejunje.

17:05 horas. ¡Frutas del bosque! el más rico hasta el momento. Me sabe a gloria, pero mi dentadura echa de menos algo de ejercicio.
Soy una chica que se plantea meter el nº 5 en cubiteras de hielo y tener algo para masticar a la hora de la cena.


20:00 horas. Me lo tomé como una merienda-cena o una dinner. Uffff, el duro. Confierso que no me lo pude terminar. 
Soy la chica que piensa "¿y si mastico algo y luego lo escupo, como en las catas?"

23:00 horas. La prueba de que no se pasa hambre es que ya me iba a la cama cuando recordé que la botella 6 me esperaba. Este licuado me supo a gloria.
Soy la chica que sonríe a la almohada orgullosa de sí misma. Prueba superada. 

Lunes por la mañana. 
Lo primero que hago es pesarme y la báscula certifica que he perdido exactamente 900 gramosLo segundo, lanzarme a por un café y a por unos cereales. 
Y no se si son imaginaciones mías pero estoy más guapa y me noto mucho más ligera y descansada...
Reviso la lista de beneficios de Dietox y lo entiendo todo: 

. Revitaliza el organismo y aporta energía.
. Incrementa el optimismo (contenta sí que me levanté, pero pensé que era el subidón post-báscula).
. Aumenta la claridad mental (y tanto, a las 9:30 de la mañana me había cundido...).
. Drena los líquidos retenidos (doy fe, elegí un mal día para ponerme un mono).
. Rehidrata y mejora la luminosidad de la piel.

Cuatro días después, aún noto sus efectos. 

¿Es caro? según se mire... el pack diario cuesta 55 euros. 
Más información sobre el plan y los puntos de venta ewww.dietox.com. 

viernes, 17 de enero de 2014

EL PUNTO G. A LA CARTA



Si no te lo tienen bien cogido, hazle destacar. Las infiltraciones de ácido hialurónico para engrosar el perímetro del punto G se están popularizando, y parece que con buenos, probados y multiorgásmicos resultados. 


Que exista o no exista, a pesar de tooodos los estudios serios que se han realizado desde que en el año 1950 el doctor Gräfenberg -de ahí la G- lo describiera como "una región muy sensible, ubicada en la cara anterior de la vagina y cuya estimulación provocaba excitación sexual y mucho placer" sigue siendo una cuestión de fe.

O no... porque desde el momento en que el G-Shot forma parte de la carta de tratamientos de una clínica de medicina estética o cirugía "seria", digo yo que tendrá que existir, y estar registrado en el mapa anatómico de los especialistas de la aguja y el bisturí. 



Samantha Jones ya lo probó hace más de diez años en sus propios pliegues genitales. Pero eso era Sexo en Nueva York y su primer orgasmo "espontáneo" y "sin querer" tuvo lugar en un taxi amarillo. Un par de baches de nada y !toma climax!
Si en vez de atravesar Park Avenue, la carrera hubiera tenido lugar por las calles de Madrid o Barcelona, la genial Samantha se hubiera vuelto multiorgásmica. Será por baches... 
Pero por suerte -o desgracia- el escenario fue Manhattan. 

¿Avisarán de este "riesgo" en la Unidad de Diseño Vaginal Láser de la Clínica del Doctor Junco de Barcelona? Seguro que sí. La tecnología implantada por este prestigioso cirujano está basada en el procedimiento desarrollado por el famoso Dr. Matlock de Beverly Hills, y experiencia, desde hace casi veinte años, no le falta. 

¿El orgasmólogo de las celebrities? podría ser... por su consulta han pasado estrellas del cine y cerca de 100.000 mujeres locas por lucir sus vaginas de diseño y engrosar el punto G para duplicar la intensidad y el número de orgasmos.

Pero ojo, que no basta con un láser para poder hacer este tipo de intervenciones en consulta. Mucho cuidado. Hay que contar con el certificado de la Associate of the Laser Vaginal Rejuvenation Institute... y el doctor Junco lo tiene. La intervención no puede ser más sencilla: una inyección bajo anestesia local. Lo que más tiempo lleva es localizar el punto exacto de infiltración y conviene acudir de casa con los deberes bien hechos. Por lo demás, cuatro horas después de la operación, pueden probarse sus efectos. ¿Alguien se anima? 





domingo, 12 de enero de 2014

¿NOS HACEMOS UN GERMI?

No, no estoy hablando de quedar con un alemán cualquiera, así al azar, ni de bajar al bar de Germán a tomar algo. Con "hacerme un germi" me refiero al gesto ese casi mágico de romper el cristal de una ampolla de Germinal y extenderla sobre la piel.

La BB Cream de la prehistoria, pensarán algunas. Ja, ja. Esta generación no sabe de lo que son capaces 8 gotas de esta fórmula bien repartidas por la piel. 
Ni esta generación, ni mi tester Gema, al parecer, aunque en cuestión de tres semanas ha pasado del 
"dame para probar algo de más glamour, hija" al "dame una caja más te lo suplico" 

Si, la del dibujo es ella. Tal cual. Mide 1,80 cm., tiene una melena rubia natural que no consigo yo ni con tres paquetes de extensiones, es guapa, y encima, delgada de las de constitución, a pesar de comerse una bolsa de chuches todas las noches mientras ve alguna serie. A pesar de eso, la quiero. Mucho. 


He de confesar que era la tester que más miedo me daba. Es hipersincera -una sincericida que diría mi cuñada Marta-, bastante crítica y con una piel muy "bien educada" que no se traga así como así cualquier argucia marketiniana ni cree en los milagros. Ah, y de esas que para que se tomen un gelocatil, tienen que estar pre-ingreso hospitalario. 

Decidí darle una caja de Germinal Doble Efecto Flash de Laboratorios Alter, por eso del efecto inmediato y a medio plazo, y porque, por mucho que me dijera que eso ya lo usaba su madre y que si no había cosas más "modernas" para probar, yo, consciente de que la flacidez del rostro el tono era lo que más le preocupaba, y la poca paciencia que tiene para las cremas, erre que erre...



A partir de aquí, transcribo sus palabras.
"Te juro que es el producto que más me ha sorprendido -para bien- en mi vida. Y mira que siempre ha habido en casa... que mi madre era fanática. Fue bailarina profesional durante décadas y no pisaba el escenario si no era después de repartir con alguna compañera una ampolla. Y yo pensando que eran remedios de abuela. Entonces, años 70-80 debían ser, se vendían unas cajitas con dos unidades y en casa, eran tan habituales como el frasco de aspirinas. Pero nunca las había probado. Que boba. ¡Mira que diferencia de mi cara de la comunión de Aitana a la de Lorena! (sus preciosas criaturitas). Además, los efectos -me pasa como con el maquillaje, que me queda impecable durante horas- me duran toda la jornada o todo la noche. Y vamos, que esto sí que es efecto photoshop... que parece mentira que unas gotitas pueden tensar la piel hacia arriba y transformar el tono con esa luz en cuestión de segundos, y durante horas. Por poner alguna pega, el tamaño. Da para dos dosis, creo, y al final, para no desperdiciar ni media gota la tapaba con albal y la guardaba en la nevera".

Doble Efecto Flash es un tratamiento de belleza express de nueva generación. La clásica fórmula se mantiene pero añade extracto de ginseng y semillas de trigo que eliminan al momento cualquier rastro de fatiga a la vez que suavizan las arrugas y la textura de la piel. La caja, con 5 unidades es un seguro anti-imprevistos para muchas mujeres y si quieres hacerte idea de cómo te quedaría un lifting... ya la estás probando. 

martes, 7 de enero de 2014

¿ECHARME YO EL ANTICELULÍTICO? ¡QUE SE LO PONGAN MIS VAQUEROS!

Mordiéndome la lengua que estoy desde finales de noviembre. Sííí, era ésta la noticia que os contaba que tenía embargada hasta el 7 de enero. Y no he dicho ni pío. Ni siquiera a las visitas, que preguntaban por "ese" frasco cuando lo veían en mi cuarto de baño.



Porque una cosa es no hablar de ello, y otra, muy distinta, no usarlo. ¿Qué pensabais?
Xpert Svelt á-porter de SingulaDerm. ¡Ya lo he dicho! ufff, que alivio. Y no copio y pego el nombre treinta veces por no aburrir, pero ganas no me faltan. Deseando estaba ya de poder gritarlo a los cuatro vientos. Desde el día en que nos lo presentaron a los medios de comunicación. 
De primeras, he de decir que fue una de esas presentaciones cosméticas en las que no encuentras ni un momento para mirar el whatsapp, de entretenida que estuvo. Claro, había que estar bien atenta para pillar bien el concepto. 
Es un anticelulítico en toda regla, sí. Con su activo Liporeductil CT -uno de los cócteles más activos y temidos en la batalla contra el adipocito de a pie- y todo, pero no se extiende sobre la piel, sino sobre tus vaqueros, tus medias o tus mallas del gimnasio...
Os doy dos minutos para asimilarlo y continúo. 



¿Ya? ¿Te visualizas pulverizando Sevelt à-porter sobre tu ropa? 
Pues ahora, os digo que los primeros estudios han arrojado cifras tan esperanzadoras para muchas como las de un 4,2% de reducción del contorno corporal y una mejora de la piel de naranja y la rugosidad de hasta un 7% en solo tres días de uso. 

Y qué pasa, te preguntarás, ¿que el pringue se queda en la prenda y no caduca, y su acción dura hasta que la lavas? Noooo. Todo es bastante más sofisticado que eso. La clave está en la tecnología Quiosels, un nuevo sistema de liberación de activos que facilita su anclaje electroestático a las fibras textiles (yo me entiendo) y que las libera de forma constante y continua sobre la piel. Basta que haya fricción entre la prenda y la piel para que se liberen de forma localizada allá donde la piel más lo necesite. 

¿Qué por qué no echarlo en el pijama o en otro tipo de prendas? pues muy fácil. Tiene que estar en contacto absoluto con la piel y cuanto más "ajustada" te quede la prenda mejor. Si duermes en mallas, pues perfecto. El modo de empleo es sencillo. Parecido al de la laca. Hay que pulverizar sobre el lado interior de la prenda a una distancia de entre 15 y 20 centímetros. 
Se puede lavar sin que pierda efecto en los primeros lavados. Lo que sería un delito es meter los pantys o los vaqueros en la secadora o plancharlos. 

Si quieres probarlo, y poder decir aquello de "no sé si ponerme los de talle bajo, los pitillo, o los anticelulíticos", puedes comprarlo en farmacias, desde hoy, por 34,50 €. 

jueves, 2 de enero de 2014

DAVID LORENTE, SUS EMPLE-HADAS Y EL ORGASMO CAPILAR


Tanto me insistían en casa para que dijera de una vez qué quería por Reyes, que al final -como tengo de casi todo- se me ocurrió pedir dinero para unas mechas en David Lorente. 
Que me conozco, y al final, con la cuesta de enero y la cuenta temblando, iba a terminar en el Aldany de la esquina a la primera cita importante que me surgiera. 
Y es que desde agosto -siiiii, lo pedí por regalo de cumple- no había vuelto a hacerme color en ese templo del relax y el saber hacer madrileño.

No es un "empelamiento" pasajero, ni fortuito. Cogerme el tono de rubio no es nada fácil -en mi cabello, el castaño deriva en naranja y el dorado en amarillo- y aunque me canso de decir que me pongan tonos fríos para contrarrestar con un acabado ceniza esos daños colaterales, nada de nada. David es el único que me lo ha cogido, y cómo. 
Pero además, en su salón hay un montón de factores diferenciales que lo hacen único y que convierten "ir a la pelu" en mis mejores momentos del año.

1. Servicio de aparcacoches. Vivo a unos 8 minutos andando, pero es un alivio saber la de tiempo que se ahorran sus clientas dejando el coche tal cual en la puerta y lanzando las llaves al portero.
Y es que a David Lorente no se limitan a ir las del barrio. Su clientela habitual -y no mencionaré a las celebrities porque sé que no le gusta, pero las he visto entrar y salir tan contentas- es de todo Madrid.

2. El salón tiene barra, y un camarero que lo mismo te ofrece un café, que un zumo de naranja, unos canapés o un cóctel de cava con hibiscus... y puedes repetir cuantas veces quieras.

3. El ambiente. Tan amplio que parece que estás tu sola, y tan zen -sin caer en la frialdad ni el aburrimiento- que no te importaría que el estilista tardara tres horas en secarte el pelo. 
Además, no es uno de esos sitios en los que por ser editora de belleza el peluquero no se separa de ti en dos horas y no deja de darte conversación cuando tú estás ávida de noticias del corazón. No. David solo se acerca si con un gesto le insinúas que lo haga. Y eso, no tiene precio.

4. En cuanto ven que sacas el móvil del bolso, viene alguien a pasarte las claves del wifi para que no gastes 3G y vayas más rápido

5. Las revistas femeninas y etc, están en sus estanterías el mismo día que llegan al quiosco -o incluso antes- y no falta ninguna. No hay nada más frustrante que ir a la peluquería y lanzarse como loca a por el Hola! para descubrir de es de hace dos meses y medio. 
Ah, y no van protegidas por ese canuto de metro y medio para evitar que te las lleves y que te termina dejando una marca en la tripa.

6. David Lorente, chico listo, no se limita a trabajar con una sola firma capilar y tiene tonos, productos y soluciones para cualquier desaguisado. Mi "rubio ceniza natural" estaba escondido en un envase que nunca hubiera pensado. La colorista, Ana, realizó un auténtico trabajo de artesanía extendiendo el color casi pelo a pelo. 

7. El sillón de lavacabezas es el más cómodo en el que me he sentado en mi vida. Fue uno de los primeros de Madrid con masaje neumático y además, no dejan de colocarte toallas hasta que tus cervicales están perfectamente cómodas. ¿Cuántas veces habéis dicho que NO queríais la mascarilla sólo por no aguantar en esa postura 5 minutos más? Yo le hubiera dicho a Nuria que sí hasta a una cataplasma capilar de 45 minutos. 

8. ¿Lo mejor? el masaje sacro-craneal de 10 minutos que te dan en el lavacabezas... mmmmmmm. Y cuando crees que estás en el Nirvana y a punto de levitar, llega Laura para darte un masaje de manos y antebrazos que te acaba de rematar...

9. ¿Lo segundo más mejor? Cuando vuelves al tocador con la toalla empapada y empiezas a notar esa gotita fría que va hacía el cuello, te colocan una almohadilla cervical caliente que te hace suspirar de gusto. Noemí, desde las recepción, es la mano derecha de David, e intuyo, la directora de orquesta que hace que nada desafine y que cada detalle llegue en el momento justo.

10. La tarjeta de visita de David Lorente es una crema de manos -creada por él- que te regala al final cuando haces cuentas en la caja. Ahí puede leerse el horario, el teléfono y la dirección...

Y y, fuera de lista, pero es que se me saltaron las lágrimas. Tengo que decir que David es el único peluquero que cuando le he dicho de cortar un poco las puntas, me ha dicho que las tenía perfectas. Intuyo que es de los que cuando dices "limar" se limitan a limar las puntas. Y eso, tampoco tiene precio. 

En dos o tres meses, vuelvo.
El Salón de David Lorente está en la calle García de Paredes, 76. www.davidlorente.com