jueves, 5 de junio de 2014

OPERACIÓN TRIKINI III. EL CHALECO "ENTRENADOR INTENSIVO"


No, no me he apuntado voluntaria a ningún grupo de rescate -entre otras cosas porque no creo que fuera muy útil-.  Lo que llevo puesto es el famoso chaleco milagroso quema-grasas. Vaya novedad -dirán mis queridas compañeras de profesión-, si nosotras llevamos meses hablando de él... Ya lo sé... pero hasta ahora, no me ha dado por la operación trikini y más que hablar, quería sacarle el máximo partido.




En la vida, a veces, hay que coger atajos. Por ejemplo, cuando te esperan dos meses con catorce horas diarias de trabajo  por delante, y sabes que en plena operación bikini, te va a resultar materialmente imposible sacar tiempo para ir al gimnasio. 
El año pasado, por estas fechas, hubiera cundido el pánico. Pero éste, ya me sabía yo la teoría de este nuevo sistema de entrenamiento, basado en la estimulación eléctrica del músculo.
Que nadie se confunda. Yo también he visto la tele desde el sofá vestida con un fajín de electrodos a la máxima potencia, y esto no tiene nada que ver. 

En primer lugar, porque te mueves, debes cambiar de postura, estás continuamente supervisada por un monitor y cuesta lo suyo. De "sin esfuerzos" nada. 
Y en segundo lugar, porque 20 minutos equivalen a una semana de gimnasio y se pueden tonificar más de 500 músculos simultáneamente, porque liberas endorfinas y porque demás de la tonificación en sí, tiene "efectos secundarios" como mejorar la circulación, favorecer el drenaje o combatir la celulitis. 
A mí, que me enchufen, me dije en cuanto pasé a limpio mi agenda mensual, y no dudé en pedir hora en Firme 20, uno de los centros pioneros a la hora introducirlo en España. 
Allá que fui. Equipada con unas mallas y una camiseta ajustada.

Pero como todo en esta vida, una cosa es leerlo, y otra, ponérselo. 
Lo primero que me sorprendió es lo que pesa, y lo que favorece -contra todo pronóstico-. No sólo abarca el tórax, hay dos extensiones para brazos, dos para gemelos y una para glúteos. 
Cuesta moverse con él, pero en cuanto te enchufan con los cables al aparato se te olvida. Durante 20 minutos el monitor te "dirige" para que trabajes todos y cada uno de los grupos musculares, e incluso algunos que yo ni sabía que tenía. 
También me sorprendió salir del centro con la misma sensación de euforia con la que abandono el gimnasio después de una clase colectiva y una sesión de entrenamiento con peso... 
El trabajo es tan efectivo, que hay que dejar pasar al menos 72 horas entre sesión y sesión. 

¿La única pega? que si no te lo avisan, puedes terminar con la ropa interior calada.
!Hazlo siempre sin bragas! al principio de la sesión, y una vez vestida con las mallas y la camiseta, te pulverizan con un spray de agua -calentita off course- para que la corriente fluya mejor. 

Ah, y no es caro. En algunos centros puede costar más. pero al menos dónde yo he empezado a ir, el precio es de 25 euros por sesión. y no puedo concebir un trato más cercano y personalizado. Son como clases particulares. Al mes, te sale por mucho menos que un gimnasio de los denominados "pijos".

Si quieres saber más mira en www.firmes20.com. Ya tienen centros en Madrid y Barcelona. 
Para la zona este, entra en www.bodyon.es y apúntate la dirección www.clinicahenao.es si vives en Bilbao. 


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