miércoles, 19 de marzo de 2014

PADRES Y PADRES FLORERO



Qué se le va a hacer... estoy muy mal acostumbrada. He tenido el mejor padre del mundo -que ahora hace doblete ejerciendo como el mejor abuelo del mundo-. Por eso, no paso ni media a padres florero o de poca acción y memoria.




Pensaba que mi padre era único, hasta que un día, yendo de escaparates -las compras son para ocasiones especiales- con mi amiga Patricia, la llamó su chico al móvil para decirle que acababa de ver unas bailarinas en beige ideales para Jimenita, que tenían su número y que la niña tenía falta de ese color-. Gonzalo subió 10.000 puntos en mi lista de padres y actualmente, está a la cabeza.
De cerca le sigue Poti. Mi amiga tiene la "suerte" de que sus hijos son más de "empadrarse" y es a él al que reclaman para todo... la de cervecitas que nos tomamos tan tranquilas Almu y yo sabiendo que él se ocupa de los descendientes...
Los hay que compensan con sus "manitas" los lapsus de memoria en cuanto a reuniones escolares y demás. Aquí, el Top ten lo ostenta Ricardo, capaz de reformar una casa él solito y decorar la habitación de su niña hasta con interruptores a medida de Hello Kitty. Susana, se encarga de lo demás, y de congelar tuppers en el congelador industrial que tiene, para de aquí a la eternidad.
Otros, cocinando. Mi cuñado Enrique hace unas paellas, que hasta le perdonamos que no friegue después. Además, ahora que me acuerdo, también se encarga de la compra y maneja fenomenal los presupuestos. Rafa es otro de los de mi lista de favoritos... a la cocina -su especialidad son las improvisaciones de emergencia- añade punto niñero, mucho. Cuando era pequeño, Criaturita 1 le llamaba "mi amigo el señor".

Yo no sé que clase de padre hubiera sido el padre de mis criaturitas. Pero salvo por el detalle de que se le solía olvidar vestir a Criaturita 1 cuando le sacaba de paseo porque no encontraba la diferencia entre un pijama y la ropa de calle... no tuve queja. Es más, los primeros meses, era el especialista en dar biberones sin que cogieran gases y hacía los mejores paquetes-pañales que nunca he visto. 
Y es que los hay... de cambiar el apellido a los niños.
Sé de algunos que hacen horas extras en el trabajo hasta que calculan que los niños ya están bañados y cenados. 
Hay otros, sí, que empiezan a jugar al golf porque es el único deporte que les puede mantener toodo el sábado fuera de casa.
Conozco incluso a uno que, aunque el niño berree porque se ha roto la crisma y su chica esté friendo croquetas, no es capaz de dejar de ver la tele para ir a ver que pasa. 

Ojo, que en la mayoría de los casos es culpa nuestra. El "quita anda que tu no sabes" les ha abierto las puertas a la indolencia doméstica. 

Ah, que me olvidaba. Los que realmente me sacan de quicio son los que cambian el pronombre con el que se refieren a los niños según la situación. "Tu hijo se ha hecho caca", "mi hijo juega al fútbol que es un portento"... 


4 comentarios:

  1. Ay Dios mio, que buenísimo.
    Voy en el autobús y hasta me he puesto colorada.

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  2. Muy bueno, muy divertido y real como la vida misma. Los hay muy tremendos, pero yo creo que también las hay muy tremendas, eh, parece que el instinto maternal va de serie y no es así. Pero volviendo a ellos, es verdad que algunos parece que ni existen, ja,ja,ja... yo soy de las que no me puedo quejar lo más mínimo, la verdad, En la cocina yo lo que detesto es a los que no pegan chapa y opinan, los de "y si le pones?" (mi primo es así). Pero en fin, les queremos y, sobre todo, mientras no inventen algo sustitutivo, les necesitamos para ser madres (maravillosas).

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  3. Guau el segundo de tu lista! Un honor que no esperaba me has alegrado el dia...bs

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  4. Yo tengo de todo un poco y a veces en extremo. Llegar a ponerle a una niña de 15 meses los leotardos encima de los calcetines y preguntar por qué no le entran los zapatos. Pero luego cocina mejor q yo...

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