No, no es una errata ortográfica. Es conceptual y está hecha a posta. Es más, cuando os explique de qué se trata veréis que tiene hasta su punto ingenioso y que no podía llamarse de otra forma.
Ahora no nos suena de nada, pero dentro de poco -si es que el invento funciona-, nos sorprenderemos por la mañana gritando "¡Niño! cierra bien la tapa del dietifricio" o "no me cojáis el dietifricio, vosotros con el Colgate...".
Sí, es una pasta de dientes... pero no una cualquiera.
Ayer irrumpió el término en la bandeja de entrada de mi correo. Parecía uno de esos mails de cosas-inventos-ideas surrealistas que me suele reenviar Elenita la de Mía, pero esta vez, se dirigían directamente a mí.
Estos quieren un post, me dije. Y tema hay.
El titular lo decía bien clarito "Llega a España Dietifricio, la primera pasta de dientes que ayuda a controlar el peso".
¿Provocará el vomito? malpensé lo primero...
¿Será tan cara y maravillosa que de pena estropear su efecto volviendo a comer poco después? pensé después.
Frío, frío. Según leía lo entendí todo, y hasta me lo he creído, que ciencia no le falta.
Dietifricio es un dentífrico con efecto secundario. Además de cumplir a la perfección con el papel de la higiene bucal, contiene una mezcla de aromas naturales inhibidores de nuestros deseos de consumir alimentos hipocalóricos, bollería, repostería fina, azúcares y bebidas con gas.
¿Y qué aromas son esos milagrosos? según los responsables del invento "se trata de ingredientes totalmente biológicos entre los que destacan los limones de Sicilia, el aloe vera y la salvia".
Suena bien ¿verdad? Yo pienso probarlo, y si me quita las ganas de la tableta de chocolate de las ocho y la cervecita de después de correr, me declaro fan.
Tendré que buscar dónde comprarlo en www.dietifricio.com.
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