miércoles, 26 de marzo de 2014

BED TIME. LO QUE CUNDE UNA CAMA



El día no es que me cunda mucho, la verdad... con echarme el suero de colágeno, la hidratante y repasarme con la plancha antes de salir de casa me conformo. Pero la noche... uy la noche. La vivo como una beauty victim de libro y mi cama parece el mausoleo de la perfecta coqueta. Si no hacéis ruido podéis pasar. Os cuento las claves.

Lencería fina. Calcetines exfoliantes y guantes nutritivos forman parte de mi ajuar nocturno. Se que no queda muy propio, pero lo compenso con una colección de camisones que ya los querría la Taylor en La gata sobre el tejado de zinc... vamos, que solo me falta el Newman. Es en las extremidades donde me permito ciertas licencias. En los pies, los calcetines exfoliantes Salveped. Es como si el podólogo durmiera conmigo. Llevan una solución en gel que elimina las durezas en una puesta gracias a su efecto peeling. Me los reservo para una vez por semana. De los guantes abuso más -me aterra el paso del tiempo en las manos- y suelo dormir con los Magic Hands de Beter. Vienen impregnados de vitamina E, aceite de jojoba y aloe vera y nutren y alisan la piel en tiempo récord. Otra opción es utilizar tu crema de manos habitual y ponerte unos guantes desechables durante toda la noche.

Turno de noche. Mientras dormimos, descansamos, claro está, pero nuestras células epidérmicas, siempre a contracorriente, salen de noche y se vuelven especialmente receptivas a los cuidados y a cualquier ingrediente que tengamos a bien aportarle. Por el día prefiero el efecto "tirón", pero por la noche aprovecho para calmar el hambre cutánea con una de mis favoritas, Aqualia Termal Noche de Vichy. La piel se despierta jugosa. Para prevenir las bolsas y las ojeras, soy fan de los Parches de Pepino de Iroha, de efecto refrescante y anti-hinchazón. Igual es pasarse, pero cada tres o cuatro días duermo con ellos. Y la verdad es que para lo poquito que duermo, jamás me han dicho nada de las bolsas. 

Pillow Bra. Cuando me llegó la convocatoria de prensa anunciando su presentación en sociedad, pensé que era un chaleco anti-balas y aún así, como la organizaban los de A-list, fui. Nada más lejos de la realidad. Un poco anti-disturbios sí que es, pero se trata de un sujetador especialmente diseñado para dormir y evitar que te levantes con esas arrugas verticales en pecho y escote. Ahora, me lo llevo al gimnasio, como suje deportivo tampoco tiene precio. ¿Lo mejor? que no te engañe el anglicismo. La diseñadora y dueña de la empresa es Marta Fernandez Cuevas, una emprendedora asturiana formada en los mejores talleres de patronaje. El mío es negro, pero podéis ver toda la colección en www.pillowbra.com

Peinada para dormir. Nooo, no me pongo rulos ni redecilla. ¿Pero sabías que hay cosmética capilar para la noche? Sí. Y no te estoy hablando de dormir con una cataplasma que deje la almohada para los restos. Pantene, sin ir más lejos, firma uno de mis tratamientos favoritos: Night Miracle Treatment. Basta pulverizar este discreto suero sobre el cabello antes de irse a la cama para beneficiarse de ocho horas de profunda reparación e hidratación. Y no, ni se nota, ni moja.

Top secret. La ropa de cama y el cajón de mis camisones huelen a Mon Eau de Lignerie Le Petit Robe Noire de Guerlain, la primera fragancia creada para ser pulverizada sobre esas superficies. Me encanta el toque de esta niebla ligera y delicada y serán imaginaciones mías, pero me ayuda a coger el sueño... Cuando estoy de los nervios, tengo que recurrir a soluciones más drásticas. El Pilow Spray de Lavanda de L´Occitane es infalible para calmar los sentidos. 


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