lunes, 10 de marzo de 2014

MACMARTAC I, LA DESCUBRIDORA



Ayer por la tarde descubrí. Y no tuve que andar demasiado... ni surcar mares. Ni siquiera subir ninguna cuesta imposible. Todo lo que descubrí estaba concentrado en apenas 10 metros lineales de acera y perfectamente alineado a lo largo de la Travesía de la calle Belén.



Es una de esas calles que si la buscas, no la encuentras -ni perpendicular ni paralela a ninguna y con trazado propio y aires de travesía-. 
Siempre que he pasado por ahí ha sido como sin querer.... Además, que iba yo a lo mío. A lo de siempre. Mirando hacia arriba para fotografiar fachadas, columnas y demás... pero esto que me paré por algo. Sonaría el móvil. Y me detuve para apoyar el bolso justo en un escaparate de cremitas que no me sonaban de nada -y ya es difícil-. 
Obviamente, entré a indagar, y así quedó inaugurada mi tarde de descubrimientos. 

Bint-Suke. Cosmética eficaz y muy fotogénica (Travesía de Belén, 2).
Ya nos seguimos mutuamente en el twitter, y la que maneja mis hijos anda ideando los bodegones más trendy para dejar ojipláticos a sus directores de arte. El "entro un momento para cotillear, mamá" se convirtió en una charla en toda regla con el dueño, Mikel Santamaría, un apasionado de la cosmética que se esfuerza en traernos -y hacer sitio en sus estanterías- las marcas más originales y deseadas. Más que cosmética nicho... Caí rendida a la firma Absolution -francesa y con certificado eco-cert (bio bio de las de verdad) y a su diseño gráfico -indibujable, lo siento-; a las cajitas de Steamscream, un nuevo concepto de hidratante en bálsamo que se puede aplicar sobre rostro, manos y cuerpo;  a Ilá Spa, una linea de tratamiento creada por una enfermera experta en yoga sanador y formulada sobre los ingredientes naturales más puros. Las fragancias de Laboratorio Olfattivo me hicieron demorarme más de la cuenta. Sublimes. 
Sólo abre por las tardes y se puede comprar en internet a través dewww.bint-suke.es, pero merece la pena tocar, oler y charlar con Mikel. 

Joyería erótica. Tienda y exposición. Lalabeyou (Travesía de Belén, 2).
Porque iba con mi madre, que sólo tenía pies y prisas para meterse en Moniq (en la esquina sur). Le pierden los tocados... pero la próxima vez, entro y me ensimismo un rato con esta muestra que va a estar abierta al público hasta el 8 de abril y que reúne, en una exposición colectiva, piezas de joyería eróticas y sensuales para llevar con o sin (ropa, se entiende). Que nadie espere pezoneras burdas o látigos labrados en plata. La elegancia es el leit-motiv e invita a seducir con las prendas y complementos que evocan y sugieren. Antifaces, plumas, encajes... cuando vuelva sola amplío información, y si no podéis esperar, echad un ojo en www.lalabeyou.com

Cachito de Cielo. En capilla. (Travesía de Belén, s/n).
¿Pensabais que iba a hablar de una pastelería? pues no. Había oído hablar de ella. Es una capillita que se anuncia con un discreto cartel en el tramo de calle más inesperado. Debe rozar casi la clandestinidad y pensaba que sólo abría las puertas en Semana Santa, el día de "las visitas".Pero en esto que hice amago de empujar la puerta de madera, ésta se abrió, e interrumpí sin querer un Rosario. Entré claro. Pequeñita, acogedora, con un techo que ni la Capilla Sixtina ¡qué bóveda! y un retablo pelín cursi pero ideal. Puede que sea la capilla más recoleta de todo Madrid. 

Péinate tú. La autopeluquería. (Travesía de San Mateo, 10).
Vale que está fuera de calle, pero el nombre de la pelu -provocador donde los haya- y su estética retro-pin up me invitaron a doblar la esquina y entrar. Y es que no es un salón de peluquería al uso, sino un punto de encuentro para tiempos difíciles en los que el estilista Alberto Lloret te enseña a sacarte partido y manejar con soltura las herramientas de styling y peinado para que puedas "apañarte" perfectamente en casa sin gastar dinero. Yo peinarme, bueno... no se me da mal. Tengo un buen golpe de muñeca para respingarme las puntas con la plancha, pero pero lo que quiero es ir un día con Criaturita 2 y que me enseñen, con la niña a modo de Gwendoline (o como se llamara la cabeza esa) a hacerle una coleta centradita, a poner una horquilla sin que grite, y a secarla el pelo sin quemarle la oreja, que cada vez que ve con el secador en mano, tengo que chantajearla... La clase particular me saldría por 30 euros. Además, se puede ir en grupo, hacen talleres de maquillaje y funciona como peluquería convencional. www.peinatetu.com.


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