lunes, 3 de febrero de 2014

LOBEZNO, DE ADAMANTIUM. YO, DE COLÁGENO


A mí es que el colágeno me gusta mucho, pero mucho, mucho. Tanto, que me lo bebo, me lo extiendo, me lo trago con ayuda de un gran vaso de agua, me lo inyecto, y hasta me lo induzco para que se regenere por sí solo. 

¿Y por qué me ha dado precisamente por ese activo y no por otro? muy sencillo. Un día llegué a ese trágico momento en el que toda chica que haya cumplido los 35 tiene que elegir entre cara o culo, y no lo dudé: ¡culo! Ya me encargaría yo después de la cara, que medios, no me iban a faltar. 

Porque las hay que se arrugan, y las hay, que como yo, se descuelgan. Y cuando la piel pierde firmeza y se rinde a la flacidez... nada como poner al colágeno a dar el 200%. Pero claro, a partir de los 30 -día arriba, día abajo- nuestro organismo ralentiza su producción, y a no ser que hayamos invertido en cuidados desde entonces, la piel nos pasa factura en forma de flacidez. Es que no hay nada más rencoroso que una piel maltratada o que se haya sentido abandonada. En esos casos es muy muy dificil recuperar la firmeza, el óvalo como tal y la densidad cutánea. 

Y años me pasé privilegiando cualquier cosmético que llevara la palabra "firming" en el envase... pero al parecer, no fue suficiente. Tenía que convencerme de que el colágeno es el atajo más rápido y una buena medida a largo y medio plazo para reposicionar mis volúmenes. 
Yo ahora el colágeno "me lo meto" por cinco vías. Y estos últimos tres meses ha sido el único prota de mi rutina, tanto estética como cosmética. Quería comprobar en mis propias células si era para tanto.

Vía tópica. El Serum de Colágeno de Matriskin es lo primero que se bebe mi piel por la mañana. Soy fan de esta firma de cosmecéutica desde que se introdujo en España con unas concentraciones de activos tan altas que dejaban a sus productos a medio camino entre la cosmética y el medicamento cutáneo. En el caso de este tratamiento, el colágeno marino y un complejo que une ácido hialurónico y omega 3 se encargan de estimular la función de las células encargadas de acelerar

En pastillas. También son de Matriskin y se llaman Nutrihyal. Un cóctel milagroso a base de colágeno marino y ácido hialurónico que me tomo, a razón de dos píldoras, diarias antes de la cena. Con ello, me aseguro una dosis de 500 mg de colágeno diarios. 

A tragos. Collagen 360º Elixir de Mesoestetic.  Comencé la "Operación C" añadiendo este preparado al desayuno. Como tratamiento de choque. Cada tres meses, voy a repetir el ciclo. Cada frasco, contiene nada menos que 10 g. de colágeno hidrolizado de acción regenerante y reafirmante.

Cosido. Y a puntito estaba ya de sucumbir a los rellenos, el lifting y hasta a un implante de pómulos en toda regla cuando llegaron a mi vida -y sin avisar, ni yo planearlo- los hilos mágicos. Esos que están ahora tan de moda y que están elaborados con polidioxanona, un material tan seguro que los cirujanos cardiovasculares lo emplean para hacer las costuras en los órganos internos. 
Olvidad las suturas aquellas que se anclaban o de los hilos de oro. No tiene nada que ver. Estos son reabsorbibles y los resultados son progresivos y naturales. 
Fue mi querida "doctora de cabecera", Purificación Espallargas -la única, junto con la enfermera de la Seguridad Social, a la que permito acercarse a mí armada con agujas-, la que me los inyectó.
Muchos. No sé cuantos. Yo ya pensaba que se iban a enredar y que iba a terminar con más hilos que venas, pero es ahora, tres meses después, cuando se llega al techo de resultado, cuando sí aprecio una notable firmeza y noto como si mis tejidos estuvieran firmemente sujetos a "algo".

Inducido. También. He sido una de las privilegiadas que ya ha podido probar el nuevo cabezal intensivo de Thermage CPT. Un aparato de Radiofrecuencia de nueva generación que reduce a sesión única lo que los convencionales hacen en ocho. Tuve la suerte también de probarlo en el centro de belleza de Maribel Yébenes, experta en estética donde las haya. Me dijeron que la formación de nuevo colágeno comenzaba al cabo de un mes y que llegaba a su punto álgido a los seis meses. 

Tres meses después, puedo decir que los resultados se aprecian incluso a cuatro metros de mí. Habrá sido la combinación de vías, pero he pasado con creces la prueba del algodón. Me explico, mi madre se cree que he cogido un par de kilitos y me dice que estoy más mona, y yo tan contenta desde mis 53 kilos raspaditos y con la misma talla. Cuando dije que elegía culo...

2 comentarios:

  1. Por supuesto, no puedo por menos que aplaudir el post, aunque permíteme que ponga en duda tu necesidad de usar colágeno, porque me has demostrado que estás hecha de muy buena pasta, y esa nunca se cae por la fuerza de la gravedad.

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  2. Otro para poner en la nevera.
    Los 43 añitos de mi cuerpo piden colágeno por todas partes

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