sábado, 8 de mayo de 2021

A VECES ODIO SER RUBIA

Sobre todo cuando leo la letra pequeña de algunos cosméticos capilares. Me explico. Hoy me ha vuelto a pasar. Después de emocionarme y casi hiperventilar mientras descubría los efectos del Kit de Alisado Brasileño de Kativa y su precio ( 16,99 euros en Amazon), la letra pequeña me encogió el corazón como si fueran mayúsculas a cuerpo 24: SI ERES RUBIA, MUY RUBIA, MEJOR EVÍTALO



¡Vaya por Dios! Yo que ya fantaseaba con abandonar la plancha -al menos la del pelo- para siempre, salir del mar con ondas de sirena o poder lavarme la cabeza y salir a la calle tal cual sin riesgo de llegar a la esquina como la infanta Margarita de las Meninas de Velázquez… 

Una rabia, porque decía que el resultado duraba 12 semanas y que llevaba ingredientes 100 naturales como aceite de argán orgánico (lo que mejor le sienta a mi pelo), manteca de karité o proteína de keratina vegetal. 

 

Me intenté consolar buscando el “modo de empleo”, que seguro que era de esos 

imposibles de practicar en soledad, pero no, encima era tan sencillo como extenderlo por mechones, secar el pelo, plancharlo después mechón a mechón y volver a lavarlo…

Vamos, lo mismo que hago muchas mañanas cuando descubro que la plancha estaba manchada de pasta de dientes porque Criaturita 2 la había dejado en el mismo cajón y sin cerrar-.

 

También en verano me pasa un poco eso de arrepentirme de ser rubia. Mientras las castañas y morenas se solean y les salen sin querer esas vetas naturales tan bonitas, lo que viene a ser el “sun kissed hair” de toda la vida”, yo me tengo que blindar a base sprays protectores para no terminar con el pelo verde. 

Y lo que me gusta a mi nadar no está escrito, pero he terminado siendo una de esas señoras que se ven obligadas a nadar a braza y elevando la cabeza para no mojarse el pelo (el cloro es lo peor para las rubias), y claro, después de 50 largos, el dolor de brazos no es comparable el de las cervicales. 

 

¿Y si me paso al lado oscuro? Durante unos minutos dudo. Y se que esta noche le daré alguna vuelta más a la idea… porque soy rubia de bote y por rebote (yo me entiendo), pero llevo así desde los 16 años –dos tercios de mi vida día arriba, día abajo- y creo que hasta gritaría de susto cada vez que me mirara en el espejo pensando que se me ha aparecido la señora que habitaba mi piso antes que yo.

 

Es que es mucho tiempo, y hasta tengo la teoría de que tantos años de ‘fingimiento capilar’ al final hacen que tu ADN se lo crea. Criaturita 2 me ha salido tan rubia natural, que cuando alguien me dice, “ay, la niña, tan rubita como la madre” no lo desmiento, ni aclaro la realidad. 

Además, ufffff que pereza, tendría que cambiar de ropa, de perfume y hasta la forma de andar y de reír… por que como decía Lou Reed, “blonde is just a state of mind”.

 

(no patrocinado)

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